miércoles, 29 de marzo de 2006

¿Y aquí qué?

Este tema le pillaría más de cerca al jefe, por aquello de las leyes de la geografía, pero por las implicaciones que tiene no puedo resistir la tentación de recordar que, con la de hoy, van ya tres alcaldes de Marbella enviados al talego por pelotazos, generalmente urbanísticos, de estratosférica cuantía. No es nada sorprendente. La nariz más resfriada notaría que algo huele a podrido en Marbella desde el desembarco de Jesús Gil, siniestro personaje que sin embargo era bastante bien tratado por la prensa, especialmente en su faceta de "gestor" deportivo. Parece ser que ahora que hace ya unos cuantos años que este ladrón bajó a los infiernos a estafar al mismo diablo, la justicia (o al menos lo más parecido a eso que tenemos en España) se ha decidido a hacer limpieza en la costa del Sol, quitando de en medio a cómplices, secuaces y herederos. Trabajo les va a costar, porque hay roña para parar un tren. La pregunta del millón: ¿por qué no se hace lo mismo en otros frentes donde el difunto criminal hincó sus codiciosas zarpas, léase por ejemplo Atlético de Madrid? Concretando: ¿por qué casi toda la estirpe Gil Marín, en particular el que se hace llamar Miguel Ángel, sigue campando a sus anchas por los palcos del Calderón pese a estar condenados por los mismos delitos? ¿Por qué Enrique Cerezo, otro que tal baila, no sólo no pisa un calabozo sino que además nuestra querida Espe le agradece los servicios prestados otorgándole licencias en todas las demarcaciones de la región para que un tipo como él, sin ninguna experiencia televisiva, se monte su propio canal privado con la mayor cobertura de la Comunidad?

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