Se habla mucho estos días sobre el viaje de la Vicepresidenta de la Vega y su séquito a África para celebrar el día de la mujer trabajadora. Puro teatro. De esa manera no hablamos de otros asuntos más importantes. De toda formas no sé yo por qué se ofendieron las mujeres de progreso y el Ministro de Industria y OPAs diversas el miércoles pasado en el Congreso de los diputados, sinceramente.
Pero ese no es el tema de esta entrada. El tema es la solidaridad. A mí me parece muy bien que la señora Vicepresidenta se vista como desee en sus viajes. Y que muestre toda la solidaridad con quien así crea conveniente. Pero se me ocurre alguna que otra pregunta: ¿Dónde se alojaron? Esto es, tras la ola de solidaridad y afecto, ¿durmieron como las mujeres autóctonas, solidarizándose con ellas? ¿Era cómoda la choza? ¿El suelo de África es también duro? O más bien se hicieron la foto y luego se fueron a algún otro lugar más de acorde con su posición...
Las preguntas son retóricas, por supuesto que todos ustedes conocerán la respuesta. Y encima resulta que había diferentes clases de mujeres españolas de viaje solidario. Aunque así yo también soy solidario con quien se tercie.
Además, este hecho casi anecdótico supone un ejemplo bastante didáctico de lo que significa el socialismo. Lo primero es lo primero, luego vendrá lo demás. Y es que resulta que el presupuesto del viaje a Kenia y Mozambique de estas mujeres españolas ha sido mayor que el dinero enviado anualmente en concepto de ayuda a esos países. Sublime.
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