No, en los actos relacionados con lo que antes era España el Presidente aparece con cara de enfado. Se olvida de su sonrisa joker. Ya sea en celebraciones del ejército o bien en actos relacionados con nuestro precioso idioma, que compartimos más de 400 millones de personas, en el Instituto Cervantes. Definitivamente, al señor Presidente no le gusta su país, el cual le provoca una importante alergia.
Para mejorar la situación, parece que ha llegado a hablar hasta en inglés cuando, ante periodistas españoles y en el Instituto Cervantes de León, se le ha preguntado por el tema de las negociaciones con los asesinos etarras. Bueno, lo de hablar es un asunto formal, apenas ha alcanzado a pronunciar cuatro palabras, incluso repitiendo una de ellas. Magistral.
Alguien del PP este pasado fin de semana, creo que Ignacio Astarloa, se lamentaba de la mala suerte que hemos tenido los españoles al tener a este demente como presidente de nuestro país. No tenía razón, no hemos tenido mala suerte. Lo tenemos muy merecido.
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