Ayer se aprobó en el Parlamento regional el proyecto de nuevo Estatuto de autonomía para Andalucía. ¿Que qué pienso de esto? Me da igual, sinceramente.
Ahora Andalucía será una realidad nacional y serán copiadas todas esas cosas del Estatuto catalán. De nuevo servimos de coartada. Allá nosotros. Y cuando se tenga que votar, los andaluces votaremos que sí, sin ninguna duda. Pero con esto de los Estatutos pasa algo curioso. En Cataluña se dice que la inversión de lo que quede de España se hará en función del PIB; en Andalucía, por población; en Madrid será por densidad de población y en Castilla y León, por superficie, y si no, al tiempo. Todo saldrá y el Presidente dirá a todo que sí y sonreirá. ¿Y luego?
Lo que pasa es que suena a chiste que se intente aprobar una ley tan general con el 40% de los diputados del parlamento en contra. Estos son los que se llenaban hace unos años la boca con la palabra 'consenso'. Curioso.
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