martes, 27 de noviembre de 2007

El disfraz

Con este artículo empezamos también a escribir en Doce Doce, un blog asociado a Red Liberal. Algunos de mis artículos, los más interesantes y generales, serán también publicados en ese blog. Desde hoy, pues, también se me puede leer allí. He aquí el primer ejemplo:

Nunca he comprendido esto de la política profesional, y mucho menos cuando se acercan tiempos electorales, es decir, casi siempre. Es cierto que las estrategias son necesarias, como en la vida misma, pero una cosa es diseñar una forma de actuar, con sus tiempos, y otra intentar disfrazarse de algo que uno no es, jugando en el fondo con tópicos, imágenes y trolas varias, aferrándose a lo más simple del pensamiento humano con la idea subyaciente de sacar el máximo rendimento electoral independientemente de la coherencia intelectual o ideológica. Es decir, el culmen del pensamiento zapateril actual: las formas muy muy muy pero que muy por encima del fondo o contenido. O usando sus propias palabras: “todo se puede decir con una sonrisa”. En definitiva no es más que admitir que la sociedad es mucho más estúpida de lo que se cree, justo ahora, cuando todos estos trastos tecnológicos garantizan mayor y mejor información y capacidad de leer y contrastar opiniones de todo tipo.

¿Y esto a qué viene? se preguntarán ustedes. Pues al numerito del Partido Popular, especialmente en lo referente a su presidente, con motivo de la pasada manifestación de las víctimas del terrorismo. Entre el sí, entre el no, entre “a ver cómo nos puede afectar” y otros pensamientos vacíos, han dado el espectáculo, y supongo que finalmente no habrán contentado a nadie. Y no sólo me refiero a este tema, porque, como norma general, si tienes unas ideas, sé coherente y defiéndelas. No pienses unas cosas, te presentes de otra manera distinta y finalmente hagas todo lo contrario, que para eso ya tenemos el partido actualmente el el Gobierno. Ellos pueden tener un discurso en un sitio, el contrario en otro e incluso un tercero en un punto intermedio. Respecto a lo que defienden, depende del interlocutor, siendo bastante diferente lo que piensan, dicen y hacen finalmente. Y encima les sale bien. En eso les admiro, porque actúan como si no pasara nada. Un material bastante duro conforma su rostro.

Cada cual tiene que usar los recursos que mejor domine, y esto es algo de lo que todos nosotros nos hemos tenido que dar cuenta en alguna ocasión. Hay algunos que viven de la foto, de la imagen, y otros que tienen capacidad de hacer discursos sustanciales, coherentes y lógicos, lo que no implica que no sean sencillos y fáciles de entender. Y sobre todo, hay algunos que, aunque lo intenten, no saben disfrazarse y terminan haciendo el ridículo.

No hay comentarios: