viernes, 28 de septiembre de 2007

La secesión


La noticia del día es el anuncio del Presidente de la Comunidad Vasca de pretender negociar con España la secesión de su Comunidad Autónoma, culminando tal proceso en un referéndum en Octubre de 2008. Dice Herman Hesse que los movimientos independentistas sólo se dan, curiosamente, en aquellas zonas que esperan sacar algo provechoso de ello. Interesante cita.

¿Tiene derecho a la independencia una región que así lo desee? Mi respuesta es sí, no se puede forzar a nadie a pertenecer a una organización o país en contra de su voluntad. Los sentimientos son personales e intransferibles, faltaría más. Pero claro, esa secesión tiene que ser negociada y todo el país tiene derecho a opinar. Es decir, durante este tiempo (o el tiempo necesario, porque lo de Octubre de 2008 suena a ultimátum) debe haber una negociación entre las dos partes implicadas que termine en una consulta popular en todo el país.

¿Y por qué digo esto? Pues porque hay comunidades que se han visto enormemente beneficiadas por pertencer a España, o dicho de otra manera, han alcanzado tal nivel del riqueza y desarrollo por estar dentro de nuestro país. Se les ha beneficiado históricamente en industrias e infraestructuras frente a otras regiones, teniendo una importante contribución de mano de obra de otras partes de España sin la cual apenas hubieran conseguido nada. Además, han vendido la mayor parte de sus productos al resto del país, el cual ha sido durante mucho tiempo su mercado natural, con el que han podido comerciar sin problema ni límite alguno. ¿Qué significa esto? Pues que en esa negociación habría que llegar a un acuerdo sobre cuál es la compensación económica que la región que se quiera independizar tendría que pagar al Estado. Los que entienden del tema deberían hacer los números. Esto de pretender beneficiarse de los demás y luego darles una patada en salva sea la parte no es de recibo.

Una vez llegado a ese acuerdo, pues a votar. Pero a votar todos. Y otra cosa, a elegir entre dos situaciones posibles: total independencia o total pertenencia sin ningún tipo de privilegio sobre los demás, véase concierto económico o leyes especiales. No pueden pretender tampoco ser virtualmente independientes pero seguir vinculados para lo que interese. Y por supuesto, los posibles problemas de orden público u otros que se den en ese nuevo Estado de ser aprobada su independencia, correrán por cuenta de dicho Estado, no deben incumbir para nada el resto del antiguo país.

Finalmente, y es lo más duro, la negociación tendría que incluir la forma por la que los habitantes de ese futuro Estado que no quieran la secesión puedan reintegrarse en España. Seguro que serían bien acogidos. Y eso que dejar tu tierra y vida en contra de tu voluntad debe ser durísimo, pero quizás todo tenga un límite.

Así se tendrían que hacer las cosas. No se puede obligar a nadie a estar donde no quiere estar, pero ese nadie no puede tampoco beneficiarse de estar donde supuestamente no quiere estar y luego presentarse como víctima. Hay formas para hacer las cosas.

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