El déficit está de moda. Concretamente el déficit sanitario. Según parece, la gestión de la sanidad por parte de las Comunidades autónomas ha creado un agujero financiero. Para lo cual es necesario aplicar un nuevo impuesto, el céntimo sanitario.
Es increíble cómo nos presentan las cosas. El déficit es déficit, y es global, es producido por la gestión de todo, desde la sanidad, las obras públicas, los sueldos de los altos cargos y, por ejemplo, las televisiones públicas. No es verdad que ese déficit sea sanitario. Cada gobierno regional de turno tiene una cantidad de dinero para gastar como crea conveniente. Si se necesitan más recursos para la sanidad, que gasten menos en otras cosas, como por ejemplo, en las televisiones públicas. Que las cierren. Eso sí que es déficit, además de propaganda.
Y para colmo, a la hora de subir impuestos le vuelven a poner el adjetivo sanitario detrás. No es verdad que el aumento en la presión fiscal sobre los combustibles tenga como objetivo financiar la sanidad. Ese dinero va al bote, vale para todo. Lo que pasa que con la trola de sanitario lo venden mejor. Si al final debemos estar agradecidos porque nos hacen un favor.
De todas formas, yo me planteo una cosa. Si se cedieron las competencias de sanidad a las comunidades y ahora estas tienen que pedir dinero a papá Estado, ¿dónde está la ventaja? Para eso nos quedamos como estamos.
Todo trola, todo cuento, todo teatro, todo marketing. Y casi todos, tragando.
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