Así es como estamos. Ayer hubo una concentración frente al Ayuntamiento de Sevilla en memoria del último Guardia Civil asesinado por los terroristas. Concentración a la que, por cierto, no asistió el Gobierno local. Pero ese no es el tema. Leo que hubo cruce de palabras y amagos de enfrentamiento entre ciudadanos:
Sin embargo, el acto tuvo como protagonista una discusión verbal a raíz de que una persona que portaba un cartel en el que rezaba «la lentitud judicial y la traición del Gobierno han propiciado el último asesinato de ETA», quien, terminada la concentración, afirmaba que «los socialistas no han estado ahí para defender al pueblo. Son políticos funcionarios, no de la función pública». Al término de los minutos de silencio se oyeron gritos de «viva España, viva la Guardia Civil y fuera Zapatero», a lo que algunos manifestantes comenzaron a increpar que «cuando gobernaba el PP había muchas más muertes», a los que otros contestaban a «esta situación se ha llegado por la negociación de Zapatero con la banda terrorista». Por suerte, todo se disipó en unos minutos.
La gente reacciona así, a fin de cuentas la política muchas veces se reduce a un simple partido de fútbol, cada cual apoya a los suyos con un forofismo furbolero intenso. Pensando sobre el tema se termina llegando al argumento recurrente, que termina en las llamadas élites políticas. ¿Y qué han hecho estas élites políticas, en especial la que ahora gobierna? Pues dividir. Y, lo más grave, a propósito, porque sabían que esto llegaría, supongo yo que los comportamientos de las masas están muy bien estudiados.