miércoles, 31 de mayo de 2006

El debate


Rajoy casi ha dado en el clavo. Ha dicho que este ha sido el "debate sobre el pasado de la Nación", porque ha sido del pasado de lo que ha hablado el señor Presidente. Por poco acierta. En alemán el orden de las palabras en la frase es muy estricto, cada cual en su lugar. En español no es así, hay cierta libertad de orden, así que podemos retocar ligeramente su cita y decir que este ha sido el debate sobre la Nación pasada. España ya no existe, al menos como siempre la hemos entendido. Es otra cosa, es algo que aún no se atisba a ver, aunque no tiene porqué ser mejor ni peor, pero la Nación española es cosa del pasado.

Por lo demás, pues un pestiño, sí. Hoy ha sido día festivo en mi ciudad y lo he estado viendo. Rajoy en su papel, ha tenido debates muchísimo mejores, pero supongo que jugar siempre a lo mismo termina cansando. Aunque podría haber hablado de otras cosas, quizás se le esperaba algo más: la rendición a los terroristas, el 11 M, el secuestro de militantes del PP, las mentiras galácticas del Gobierno etc. Pero el señor Presidente tiene la mentalidad de una tortuga, y contra eso poco se puede hacer. Sin embargo el señor Rajoy no debería entrar en su juego. De hecho, apenas puedo opinar del discurso presidencial. Me he quedado dormido, literalmente, en mi precioso sofá. Gracias Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzp, una siesta es un lujo para mí.



Lo realmente interesante ha sido la actitud del Presidente del Congreso. Este ente también es de los peligrosos, porque va de bueno y bondadoso pero es igual o más sectario que sus compañeros, como todo socialisto que se precie. Ya está tardando en presentar la dimisión e irse a su casa. Le podrían dar un Ministerio o Secretaría de algo para que se entretuviera. El Presidente del Congreso no es nadie para "recordar al PP que ahora están en la oposición" Esa no es su labor. Al igual que decir a un diputado de la oposición que no haga gestos. ¡Qué vista! ¿Es que siempre está mirando para el mismo lado? Además, miente descaradamente. Sólo ha dejado hablar a Rajoy apenas 50 minutos en dos turnos. Y nos cuenta que en el pasado la oposición era aún peor tratada, ya que el último turno era de 2 minutos. Una verdad a media, de las que más asco me dan. Ciertamente es así, pero ese era el tercer turno, en el que incluso el jefe de la oposición no acudía a la tribuna y hablaba desde su escaño. Rajoy sólo ha tenido dos turnos, y el último de 8 minutos, que inicialmente eran 5. Bien ha hecho en irse cuando el Presidente del Congreso lo ha echado. Los diputados del PP tendrían que haber aplaudido a Marín, incluso.

En definitiva, el día de hoy no pasará a la historia. Más de lo mismo. Esto apenas tiene remedio. Los restos de una Nación que no existe que prosigue en su decadencia.

3 comentarios:

Joan Pirata dijo...

A Marín yo le cogí una manía especialmente acentuada cuando se dedicaba a ir mintiendo sobre la guerra de Irak. Alguien que, en teoría, conocía el tema.

El Perdíu dijo...

Ahí va mi opinión. Rajoy, imagino, se ha cansado de prepararse este tipo de debates, de trabajárselo, de razonar, de mostrar argumentos, de dejar en evidencia, en suma, la nula solidez política del proyecto del simplón. Tenía que acabar pasando. Cuando tu contricante tiene argumentos similares a los de un niño de cinco años es difícil hacer un buen debate...
La vida pública se va ahogando...

El Cerrajero dijo...

En la foto que has puesto de Rodríguez el Traidor le falta un bocadillo diciendo "así os he puesto la cabeza con mis tonterías".